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Una start-up te baja el alquiler en Berlín si tu casero te pide demasiado

La web de Wenigermeite, traducida al castellano

Aldo Mas

Los pisos de alquiler en grandes ciudades son demasiado caros. Esta realidad la conocen grandes urbes europeas. Madrid, Barcelona, Londres, París o Berlín son casos paradigmáticos de esta realidad. En Berlín, sin embargo, una pequeña empresa que une tecnología y abogacía, está logrando bajar el alquiler de los inquilinos cuando sus caseros les piden demasiado.

Se llama wenigermiete.de. Ofrece un servicio que sale gratis y que está contribuyendo a luchar contra el alza del precio del suelo en alquiler en el país de Angela Merkel pese a que en 2015 éste se doto de una ley para frenar las subidas de las rentas. Mietpreisbremse o “freno al precio del alquiler” es el nombre dicha ley.

A Lisa, una joven berlinesa de 31años, esa start-up le ha ayudado a rebajar 100 euros de alquiler al mes. Ella es asesora de una empresa pública de la capital alemana. Pasó los últimos diez años estudiando y trabajando en diferentes partes del mundo. Se dedica al desarrollo internacional de proyectos, lo que le ha llevado muy lejos de Berlín. Sudáfrica, Kenia, Sri Lanka o Taiwán son algunos de los países en los que ha trabajado. El año pasado tuvo la oportunidad de volver a trabajar en Berlín. Fue entonces cuando se dio cuenta del problema de los alquileres que sufre su ciudad.

“Necesitaba un apartamento muy rápido, lo buscaba en mi barrio de toda la vida, Prenzlauer Berg, apenas tenía tres o cuatro semanas, y tuve que tomar algo que estaba en el mercado, algo muy bonito, una habitación, con decoración en el techo, suelo de madera, un edificio antiguo, con balcón, … muy bonito, pero muy caro”, dice Lisa a eldiario.es. Para ella, la solución que encontró era algo provisional. El pequeño apartamento le costaba 750 euros al mes.

Al poco de instalarse, supo de la existencia de wenigermiete.de, la start-up que se dedica en Berlín a ayudar a rebajar los alquileres. A través de ella, Lisa supo que estaba pagando 200 euros más de lo que debía. Para darse cuenta bastaba con mirar el precio de su renta con el del índice general que establece, gracias a un organismo público, la ley del freno al precio del alquiler.

En los cálculos para establecer las referencias, por regla general, “se toma la media de los precios de los últimos cuatro años en una determinada región y se le suma un 10%, ése es el máximo alquiler que se puede pedir en el nuevo contrato de arrendamiento”, explica a eldiario.es Claus Michelsen, investigador del Instituto Alemán para la Investigación Económica (DIW), con sede en Berlín.

Los 750 euros de alquiler que tenía que asumir Lisa estaban muy por encima de lo que por ley debía pagar. “Ahora pago 100 euros menos, estoy muy contenta”, asegura. “En la start-up, me ayudaron, se pusieron en contacto con el abogado de mi propietario. Hablaron entre abogados y, en un momento dado, me preguntaron si aceptaba un acuerdo, reduciendo el alquiler, no 200 euros sino 100 euros. Acepté. De lo contrario, habría que haber ido a los tribunales, que es algo más costoso y complejo. Así que me dije que 100 euros estaba bien. Y el propietario también estaba de acuerdo”, explica.

El caso de Lisa es de los más de mil que tiene sobre la mesa en las oficinas berlinesas de wenigermiete.de Daniel Halmer, co-fundador de la start-up. Su equipo lo componen una quincena de personas, pero este jurista y los suyos se han convertido en una auténtica esperanza para aquellos que quieren dejar de pagar precios desorbitados en Alemania. En realidad, su empresa constituye actualmente el pedal de freno que le falta al Mietpreisbremse.

Sin ellos, los propietarios creen que pueden subirse a la creciente ola de los precios de alquiler. En 2017, los precios de los alquileres crecieron, de media, un 7,25%, según datos del Bundesbank, el banco central germano. En grandes ciudades ese porcentaje alcanzaba el 9,25%.

“El 70% de los propietarios no respeta la ley. Es un problema que se da porque la ley presenta carencias en su construcción, falta, por ejemplo, una sanción”, dice Halmer a eldiario.es. “El alquiler es tan caro en Berlín, por ejemplo, porque el mercado está superpoblado y los propietarios tienen la última palabra. El mercado está de tal forma que el propietario que alquila es el jefe del inquilino, pero no, desde un punto de vista legal, no es así. Un contrato es un acuerdo entre iguales”, explica Halmer.

A su entender, “en Alemania, el inquilino tiene un estatus muy protegido legalmente”. “El problema es que los inquilinos no suelen tener dinero para pagar abogados”, abunda. Se estima que, en Alemania, los inquilinos dedican cerca del 40% de sus ingresos a pagar a los propietarios el alquiler del apartamento donde viven.

Indefensión en España

De acuerdo con datos de Eurostat, el porcentaje de ingresos de los españoles dedicado a pagar las rentas está algo por encima (43%). Felipe Martínez, presidente de la Asociación Protección y Vivienda, que agrupa a propietarios e inquilinos, conviene en afirmar que quien alquila en España está “en una situación de mayor indefensión” que en Alemania.

“En España no existe ningún medio de control de los precios, más que la relación de la oferta y la demanda. Ningún inquilino que encuentre su alquiler demasiado alto tiene una herramienta de la que servirse. No hay nada que le ampare”, dice Martínez a eldiario.es, aludiendo al contenido de la Ley de Arrendamientos Urbanos. Siendo la vivienda una competencia del Estado y el Gobierno autonómico, Martínez no ve a los ayuntamientos capacitados para poder actuar en esta materia. De ahí que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña anulara el pasado verano al Ayuntamiento de Barcelona la tasa para gravar los pisos vacíos.

Se da la circunstancia de que Berlín es una ciudad-estado de la República Federal de Alemania, y todo el territorio berlinés se ha considerado sujeto al Mietpreisbremse. “Esa ley es un documento complicado, con tres niveles, el federal, el del Land y el de las ciudades y poblaciones. Los Länder son los que establecen en qué zonas se aplica el freno”, precisa Halmer. “En Berlín, al ser una ciudad-estado, la situación es más sencilla, y aquí el Gobierno ha determinado que se aplique el Mietpreisbremse a toda la superficie de la ciudad-estado”, explica el jurista de 41 años que está detrás de wenigermiete.de.

Desde finales de 2016, Berlín está en manos de una coalición de izquierdas liderada por el alcalde socialdemócrata Michael Müller, que cuenta con el apoyo del partido ecologista Los Verdes y de la formación izquierdista Die Linke. En Baviera, gobernada por la conservadora Unión Social Cristiana (CSU), partido hermanado a la Unión Cristiano Demócrata de Angela Merkel, la “ley del freno al precio del alquiler” sólo se emplea en menos de 40 ciudades y poblaciones, según las cuentas de Halmer.

Tecnología al servicio de la justicia para todos

Su negocio, puesto en marcha desde hace un año, funciona con bastante éxito. La compañía reivindica un 70% de éxito en los casos que lleva iniciados, aunque “todavía muchos están pendientes de decisión judicial”, apuntan desde la start-up berlinesa. No todos los que piden ayuda a Halmer y compañía pueden beneficiarse de un acuerdo como le ocurrió a Lisa. Si el caso acaba en los tribunales, la justicia en Alemania también exige paciencia.

Con todo, la iniciativa de Halmer está consiguiendo ahorrar dinero y tiempo. “Los casos de los consumidores, en este caso de los inquilinos, son todos muy similares y podemos gestionarlos a través de un programa de automatización de datos y otros sistemas informáticos”, sostiene Halmer. “Hemos creado un sistema informático dedicado a la imposición de las exigencias ante el propietario de manera automatizada”, abunda. Por eso trabajan en su equipo cuatro programadores informáticos.

“Aquí, la tecnología está facilitando una democratización de la justicia”, dice el cofundador de wenigermiete.de. Tanto es así que si bien la “ley del freno al precio del alquiler”, hoy por hoy, no cuenta con una sanción para el propietario que pide más dinero que el que estipula esa norma, la start-up de Halmer se ocupa, cuando puede, de castigar financieramente. Porque la empresa jurídico-tecnológica se sostiene con ingresos que obtiene cuando gana casos. Pero no cobran a inquilinos como Lisa, sino a los propietarios que tratan de aprovecharse de la situación.

El propietario paga

“El cliente no tiene riesgos. No le cuesta nada si no ganamos ante el propietario. Si ganamos, hay unos honorarios. Pedimos el montante equivalente a la suma del ahorro logrado durante cuatro meses”, explica Halmer. Ese dinero sale del bolsillo del propietario, al que suele llevar varios meses reaccionar desde que es contactado por wenigermiete.de por primera vez. En ese tiempo sin respuesta, sin embargo, sigue cobrando más de lo que la ley establece. En base a ese hecho, Halmer y compañía le reclaman luego dinero.

En el caso de Lisa, que ha conseguido un ahorro de 100 euros, la empresa obtuvo 400 euros del propietario de la joven. “Al propietario se le está pagando demasiado, y tiene que devolver el dinero a partir del momento en el que nos ponemos en contacto con él. De ese dinero que devuelve, nosotros nos quedamos con una parte”, concluye Halmer.

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