La Aurora. Existe por el vacio que la Rodea.

Quío Binetti transforma los paisajes de la Sal en su última pieza de danza.
Tomando sus memorias de infancia en el desierto blanco como punto de partida, desmenuza cada rastro de esos paisaje/recuerdos y los resignifica a través de su propio cuerpo, que se vuelve salina y extensión blanca, apoderándose de aquello que se asienta en el paso del tiempo.

Sobre la Obra

Dejo esta laguna frente a ti
esta laguna que nos ignora y sin embargo nos circunda,
nos une por primera vez,
Arturo Carrera.

La Aurora es una obra en danza, hecha de paisajes desiertos de salina, lagunas, memorias.
La salina es el cuerpo en estado de huida, la sombra del paisaje cae sobre una figura.
Esa figura-cuerpo-paisaje intenta huir a través de sus propios agujeros.
Lo que ignora, la circunda, no la aísla; se aleja frente a ella: la une por primera vez, la reúne en su repetición.
Como tantas otras formas la sal se adhiere y se apodera de eso que ya no es de ella.
Es el tiempo del deseo para quien ha comido la comida de los muertos.
Cuenta Quío Binetti acerca del trabajo
La Aurora es una obra hecha de paisajes.
La salina que me acompaña desde la infancia fue el eje fundamental de la obra.
Paisaje-recuerdo resignificado, demolido y vuelto a construir.
Desmenuzado como potencia, como una fuerza a capturar en la danza.
El cuerpo carnada, cuerpo raptado, la infancia, la belleza, la soledad, son estados fuera del tiempo, son intensidades a ser danzadas.
Lo femenino como lo inevitable, se presenta y se hace cuerpo sal, cuerpo inmenso, extensión blanca: la Aurora existe por el vacío que la rodea.
La obra apunta al compromiso sensible del espectador.
Un cuento simple, un mito griego, recuerdos, silencios, poemas, son excusas para convertir el vacio que la rodea en contacto directo.

Esta obra formo parte del Festival internacional Barcelona en butoh 2010, Barcelona España

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