Boom boom room

SOBRE LA INVESTIGACION "En el silencio existen muchas cosas en potencia: Caos u orden, confusión o modelo, todo en estado inculto, lo invisible hecho visible" A partir de esta frase, desde la dirección, formulamos como premisa que en el silencio preexiste “un mundo otro”, y que podemos ir a la búsqueda del suceso inmerso en ese silencio. La primera tarea fue “provocarlo”, armar un marco que lo contenga, porque para buscar lo latente debemos remitirnos siempre “al mismo silencio”, ejecutado por los mismos sujetos y su propia subjetividad, ya que, la articulación marco - actor contendrá diversos sucesos. De él nacen los deseos, los desfallecimientos y los errores; en el silencio se entrelazan y de pronto se expresan. Arbitrariamente propusimos diferentes secuencias de acciones. Sobre todo la elección se orientó en aquellas puramente descriptivas y generadoras de estados. Estas, fueron extraídas de obras de Beckett y cuentos de Arlt, por su calidad y minuciosidad. Solo circulamos las acciones por el espacio, no se le atribuyeron ni personajes con sus historias, ni mundos, trabajamos sobre “zonas de frontera”. El mundo externo al sujeto es tierra de nadie, su medida no es mas que el repentino desarrollo de una articulación inédita, la evidencia de un gesto, de un espasmo. Un comportamiento apareció como resultado: fuerzas interiores desconocidas e incontrolables, poses inconexas y poco naturales, el gesto social por el gesto social en si mismo, campos de atracción y rechazo, la acción – reacción, el status, los ritmos, la imposibilidad. Se enjauló una energía y para liberarla utilizamos textos escuetos en concordancia con lo encontrado. Diríamos “frases hechas”, universales, sumamente reconocibles, solo como medio de liberación de esos estados y esos vínculos que comenzaron a surgir, un estado puro y allí la palabra no tiene un sentido especifico; cualquier frase decía lo mismo ya que no era la palabra el medio de expresión que buscábamos. En este punto aparece el flipper como territorio metafórico, como si viviéramos allí dentro y esto que vemos se repite como un sinfín cíclico, y cada vez que ingresa una moneda a la maquinola esta historia vuelve a comenzar y nunca se modifica con nuestro conocimiento y régimen de experiencia, no hay posibilidad, es un juego. La puesta demandó traer el trabajo al cotidiano del grupo. El espacio como médium hacia nuestra realidad, convocamos a este “mundo otro” a la boite Boom Boom Room, a una fiesta privada de mafiosos, un flipper de juego adolescente. La consigna fue entreverar estos dos mundos, y encontrar ahí en la resultante la obra. El espacio nos da la forma de cómo se suceden los acontecimientos. Episodios aislados captados “al azar”, allí todo el tiempo “esta sucediendo”, somos invitados a presenciar fragmentos o a desviar la mirada arbitrariamente hacia cualquier sector de la boite. En contraposición a lo metafórico de la construcción, narrativamente, el universo creado es groseramente ruidoso y explícito; pero paradigmáticamente lo que realmente grita y convoca es el “mundo otro”. Esto significo lo siguiente: un proceder literal; documentar lo intangible la falta de contacto, el amor, el ritmo, el peligro, el dolor, el miedo, la violencia... materializarlo por medio de acciones, estados y textos. No hablamos sobre el tema ni la situación gira en torno de él, lo revelamos. La traducción del flipper y su bola rebotando en las armas de juguete, la música, la simultaneidad en el espacio, las luces, el ritmo, la agresividad, la adicción, el poder, el increcendo. El resultado es muy sencillo y reconocible: una fiesta donde nadie quiere concurrir pero el juego se ha puesto en marcha; hoy algo no sale del todo bien, hasta las maquinolas se tildan y allí, en el intersticio, se produce lo realmente interesante. SINTESIS Un grito. El grito ha sido proferido y se le ha oído en el espacio entero, ocupado o vacío. Empieza a batirse el paso de los que llegan a la fiesta. Un par de gemelas, una extraña relación triangular y dos parejas, aceptan finalmente asistir a la misma fiesta a la cual, como cada semana dudan en concurrir. Por alguna poderosa razón han terminado por encerrarse en esta eterna convocatoria, en el espacio cerrado de una sórdida boite en decadencia “Boom Boom Room". Solo ellos parecen ocupar el lugar en su melancólico vaivén, se miran a sí mismos y entre sí en la diversión atemporal, con la mirada hueca y fría de quienes han llegado al final. Todo parece haber quedado atrás: entre una relación de excesos mudos para Schmitt y Mía, en la separación y el traslado a Calcuta para los Clayton, entre los juegos infantiles para las gemelas Ken y en la imposibilidad y el engaño para Segundo, Franchesca y Carmela. De pronto, por un instante, un atisbo de deseo vuelve a animarles; se acercan, se rozan, se hablan, se interrogan, se confiesan en la noche ...... ¿el amor? El ruido de las sirenas estalla en su intimidad, el grito mecánico de un policía. Descubrieron su juego, se les hizo tarde: sabemos con quienes estamos tratando... Están prevenidos del drama y del miedo, pero ignoran su naturaleza. Uno junto al otro en el caos de la misma espera. La avidez por una vida y la decisión de no volver a entregarse los lleva al final.
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