La bella y la bestia

Érase una vez, un joven príncipe que vivía en un hermoso castillo. Una noche de frío invierno, una vieja mendiga llegó a su morada y le ofreció una simple rosa a cambio de refugio contra el cruel frío. El príncipe se burló del obsequio y echó a la anciana a la calle. Ella le advirtió que no se dejara engañar por las apariencias porque la belleza estaba en el interior. Cuando la volvió a rechazar, la fealdad de la anciana desapareció y reveló a una hechicera. El príncipe intentó disculparse, pero ya era tarde porque ella había visto que en su corazón no había amor. Como castigo, lo convirtió en una espantosa bestia. La rosa que ella le había ofrecido, era en realidad una rosa encantada. Si llegaba a amar a una doncella y ella lo amaba también antes de que cayera el último pétalo, se rompería el hechizo. Sino, sería una bestia por toda la eternidad. Al pasar los años, perdió toda esperanza porque sería imposible que alguien pudiera amar a una bestia…
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