Entre otras cosas, me daba por cantar

No hay noche en la inmensidad de la noche si no entraste nunca en “EL AGARRE”
Es el lugar del niño bien y el calavera;
la gran señora y el patotero sentimental,
el guapo y las prostitutas,
la chica de barrio y el gigoló;
la piba del percal y el compadrito,
Es también el lugar de la consagración del hombre y el escenario de la decadencia y el fracaso.
En las noches de este club nocturno la vida es desoladora y despiadada.
En el agarre un deseo de ambición puede empañar al destino.
Desde la fabriquera, a la modesta chica de barrio,
desde Estercita a Estrella,
y desde Margot a “Madame Ivonne”,

Todas consumieron sus años, su belleza y su corazón en este cabaret, donde la única certeza es que al final de una noche, casi sobre el filo de la madrugada, cae sobre ellas una imagen percudida, seca y oscura, como la peste misma.
Dicen que no fue trancazo lo de Estercita, ni un achaque lo de Estrella, ni un empacho mal curado lo de Margot.
También dicen que son cuentos, pero de eso no se habla.