El Diablo y Dios

La acción de la obra se sitúa en Alemania, durante una insurrección popular que se llamó la 'Guerra de los campesinos' y que tuvo su fase crucial y definitiva en 1524-1525.

Se trata de un "teatro de situaciones": Mi obra es sobre todo una obra de muchedumbre, los principales personajes sólo son justificables y comprensibles gracias a las muchedumbres que animan. Se trata de una búsqueda de la posibilidad de un teatro político, donde las masas se desempeñen como personajes a efectos de ofrecer una imagen de la realidad social.

A pesar de la pretensión del propio Sartre de negar que su obra haya querido tener alcance metafísico o teológico, nos habla del aislamiento del hombre, y eso es ya tomar un partido: tanto la práctica del bien como del mal conducen al fracaso y a la soledad. Aun quienes socorren a los demás se buscan a sí mismos en su entrega. Es la negación de todo valor trascendente: el deseo de lo absoluto tanto en el mal como en el bien resulta imposible, sólo el compromiso al lado de los hombres ofrece una salida al absurdo metafísico.

Nuestra Versión reduce el original a hora y media de representación, sincretiza a las masas actantes y las individualiza en un ir y venir de personajes omnipresentes que develan la trama, pero que también la enfrentan: como que tenemos un segundo Goetz, el guerrero, que también dictamina, o duda, o revierte sus propias aclamaciones; y tenemos un segundo Heinrich, el párroco, que azuza a la vez o reflexiona para insistir, o muchas veces se abstiene y conduce a su par a la hesitación y la locura.

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