Alto paraná

Esta producción lleva a escena un fragmento de la historia sintetizado en una cantata en cuarenta y cinco minutos. Es un homenaje al coraje de la mujer criolla, que supo regar con su sangre la tierra que la viera nacer y por la cual jamás dudó en ofrecer su propia vida.
La historia se hizo música y canto, danza y drama, formas expresivas que tienen los pueblos para narrar el dolor y las penas de los que supieron morir en el olvido sin ser ignorados.
En expresiones de Leonardo Nápoli “el Alto Paraná es todavía la conciencia acusadora de una época donde la vida de los hombres y mujeres de nuestro nordeste valía menos que una bolsa de yerba mate. La Guerra del Paraguay se cobró más de un millón de vidas del sufriente y heroico pueblo paraguayo, junto a la entrega de miles de kilómetros cuadrados de montes y tierras de las más fértiles del mundo, cuyas riquezas servirían de materia prima de bajo costo”.
“Así quedó al descubierto la cara más cruel y despiadada del imperio victoriano y el de sus socios vernáculos. Esta es una historia silenciada por el poder, que ve la luz en un momento histórico de reencuentro, en el camino de la integración cultural de los pueblos latinoamericanos. Nuestra Flor de Lis, la protagonista de esta historia, es un homenaje al coraje de la mujer criolla”, agregó.
De acuerdo a Nápoli “Alto Paraná es la historia de un regreso deseado, como también de un exilio forzado.Es un homenaje a Hugo del Carril y a su amor por el pueblo guaraní, es la herencia artística de Herminio Giménez. Representa la inspiración de los grandes poetas paraguayos, de sus inolvidables compositores e intérpretes, que poblaron el litoral argentino y reservaron a las futuras generaciones un legado lleno de dignidad y esperanza”.

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