Hola Dolly, soy Betty

Llega el primer Musical ovino (La verdadera historia de la clonación)

Hola Dolly, soy Betty es el relato de la vida de una oveja, antes y después de ser clonada, en tono de parodia. La historia comienza introducida por un relator que no conoce la obra, con lo cual no cumple su función en ella y ese es, paradójicamente, el objetivo de su existencia.

Dolly nació en una pradera inglesa, perteneciendo a una familia burguesa de clase alta formada por sus padres Sarah y Samuel, y su hermano David. Ellos desprecian al vulgo del rebaño, cuya máxima expresión son las ovejas chismosas: Yoly, Kuky; Karola; Choly y Roly.

En el devenir de su vida, Dolly conoce a un corderito igualmente snob llamado William. Simultáneamente, los científicos del laboratorio darán con la fórmula para clonar y la elegirán para ello. En pleno idilio, un grupo de científicos la capturan y felices, aunque aturdidos, inician la clonación.

De allí surgirá Betty, físicamente idéntica -pero negra- y psicológicamente opuesta, se conocerán y querrán. Mientras tanto, William canta su lamento y sufre la ausencia de su amada pero se encontrará accidentalmente con su duplicado. Acto seguido, querrá besarla y Dolly, sorprendiéndolo en un "acto infiel" le exigirá un clon para que su amor sea posible. Desesperado, William se lo pedirá a los científicos pero éstos los ignorarán por completo. Viendo que su desgracia se avecina, se exilia.

Entretanto mientras Betty seduce por igual a los mellizos Carter, las chismosas intentarán hundirlas pero involuntariamente las catapultarán a la fama.

Serán los periodistas quienes las lleven al palacio de la Reina a cantar y bailar, y así los sorprende el final, salvo al relator que no baila y a William, que muy feliz no termina.

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