El invernadero

Una comedia de ritmo vertiginoso, humor brillante y trama policial en la que el publico es el detective

Pinter una vez mas se muestra fiel a conceptos que han regido gran parte de su produccion. Su intento es poner en evidencia lo absurdo de nuestras conductas, del modo que nos comportamos, en ocasiones con insolita crueldad, y del modo en que nos expresamos. En nuestro mundo de hoy todo es incierto y relativo. Y es en El invernadero donde mas se manifiesta ese no tener puntos de apoyo al poner de relieve lo absurdo del funcionamiento de nuestras sociedades.

A la vez, esta pieza, tambien es un cuadro visceral de estos gobernados que viven bajo un regimen que restringe sus derechos rigurosamente al ser permanentemente espiados y sometidos a una burocracia que tiende a esfumar sus personalidades para convertirlos en una masa humana regida por un conjunto de normas caducas, creadas hace muchas decadas sin relacion con el presente.

Heredero del clasico humor ingles (Wilde, Shaw, Coward) construye esta comedia con ritmo vertiginoso y dialogos brillantes y sarcasticos.

La accion tiene lugar en una institucion incierta que tiene reglas propias y que pertenece al estado, dependiendo de un ministerio que nombra a las autoridades de dicha entidad.

Bajo el signo de una aguda e inteligente comicidad, construye una metafora de las sociedades modernas, regidas por locos y asesinos absolutamente ajenos a las necesidades de aquellos a los que gobiernan.

Si no fuera por las hondas implicancias que la obra tiene, podriamos afirmar que estamos ante un policial apasionante.

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