Ojalá que la lluvia...

Una joven viaja desde Rosario a la Patagonia con sus amigas, pero en Buenos Aires, debido al exceso de equipaje, deciden dividirse. Mariana va en auto con el equipaje y las amigas siguen en micro a destino. En medio de la Patagonia se rompe el auto y Mariana pide ayuda a Salvador, un joven campesino que pasaba por el lugar. Establecen cierta confianza y luego de dejar el auto en reparación Salvador la invita a hospedarse en la bodega donde trabaja. Allí Mariana conocerá a Federico, un joven emprendedor dueño de los viñedos que inmediatamente la seduce. Sin embargo Mariana también se siente atraída por la inocencia de Salvador, con quien se termina implicando en un proyecto alocado para hacer llover. Esto va en contra del trabajo de Federico, quien precisamente evita la lluvia para que no afecten sus viñedos.
Alfredo, el capataz, ve con malos ojos a Mariana y decide investigarla. En un día en la finca se cruzarán los sueños de patrón y empleado, así como las emociones de Mariana hacia ambos.
Finalmente, a instancias del accionar de Alfredo, estalla un conflicto que abre la cuestión ¿qué ocurre si por cumplir tu sueño perjudicás la realidad de otro? Una historia de ambición, egoísmo, seducción y heroísmo ingenuo.

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