Amor en Irak

En el siglo de las guerras preventivas y el pánico a lo diferente, esta versión libre del texto de Pavlovsky busca generar algunos cuestionamientos en el espectador: ¿hasta dónde son capaces de llegar los poderosos para mantener los espacios de poder conquistados?; ¿hasta dónde para alcanzar sus obsesiones?; ¿hasta dónde somos capaces de llegar nosotros por nuestros pequeños poderes domésticos?.
En una pequeña habitación llena de vallas, alarmas y cables electrificados viven George (Alías) y su mujer (Elordi). Él es un cowboy lleno de terrores, obsesionado por su seguridad y convencido de ser el enviado de Dios para acabar con el mal sobre la tierra. Ella sólo quiere hacer el amor y dormir pero ninguna de las dos cosas son posibles con él. Primero intentará seducirlo, luego seguirle la corriente o amenazarlo. Nada da resultado. Nada detendrá los delirios de su marido hasta que ella se decide a abandonarlo y él será capaz de todo para retenerla. Porque "en la guerra no se matan inocentes. Se producen daños colaterales".
Sobre la obra, esto dijeron sus responsables: "'Amor en Irak' es una propuesta teatral humorística que plantea una realidad actual y posible, a través de situaciones absurdas en la vida íntima de estos dos personajes. Ellos buscarán todas las estrategias imaginables para ejercer el poder sobre el otro y encontrarán justificaciones para el abuso de poder a cualquier precio, transitando situaciones de humor y delirio en la absurdidad de una realidad que no nos es ajena".

En la entrega de los Estrella de Mar 2006, Merceditas Elordi obtuvo el premio a "Mejor actuación femenina marplatense". Eduardo Alías fue nominado en el rubro "Mejor actuación masculina marplatense".
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