Y aquella historia era cierta

"Voy a contarte mis secretos, pero voy a ver mi pasado" dice Tom Waits.
Así, Erie Smith, noctámbulo, alcohólico, mentiroso, conversó con el consorcio nocturno de un hotel, ya está a menos
de Mente de forma pública, pero no para engañar a sí mismo, si no es así desesperadamente que el otro le crea sus historias, necesita que el espejo le devuelva esa imagen fabulada, para recuperar la confianza, para cambiar la suerte.
Los dos están atrapados en esa noche, en una atmósfera que recuerda las pinturas de Edward Hooper, donde los personajes, inmersos en una terrible soledad, parecieran no estar ahí, o no poder comunicarse, parecieran siempre soñar otros mundos. "Las cosas maravillosas del mundo suceden siempre en otro lado, lejos de acá" dice el conserje.

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