El Festín de los Caranchos

Pensamientos secretos afloran del inconsciente y el impulso de escribirlos en papel los refleja en meras palabras escritas, insuficientes. Había que pasar las palabras a movimiento y el cuerpo era el único capaz de traducir eso que tuvo origen en pensamientos, como comunicador, como instrumento.
Pero el cuerpo no es una materia sumisa, ni una boca que se traga limpiamente todo aquello con que se la alimenta.
Hubo que transmutar esas palabras en etapas y en cada una crear eso que no existía en el cuerpo, casi como un código.
Descifrarlo significó, deslizarse al laberíntico mundo de saber y no saber, aceptar algunas flagrantes realidades y olvidar cuanto fuera necesario
olvidar, para traerlo nuevamente a la memoria. Sobre todo, hendir interminables batallas sobre el propio cuerpo.

2 Histórico de funciones