Invitación al ocio

Invitación al Ocio reflexiona de manera explícita, por medio del gesto más sencillo, sobre
el acto más deseado. En una sociedad híper estresada y exitista, donde tener tiempo para perdernos por las calles de nuestra ciudad y observar lo que nos rodea es considerado un lujo muchas veces cuestionado, la aceptación del ocio es una tarea de las más difíciles.
Dos actores cohabitan, de manera alterna, en un espacio sin limites ni temporalidad definida. En una sucesión de escenas sincrónicas irán interpelando al espectador -con apologías, definiciones y críticas- sobre el lugar que ocupa El Ocio en nuestras vidas.
En oposición a los signos de espectacularidad hiperactiva la propuesta estética de Invitación al Ocio propone un ritmo de “mantra”, una reiteración de la dinámica sin sobresaltos, buscando un estado de abstracción donde las sutilezas cobren relevancia.

1 Histórico de funciones