La casa que nos comió

Lo necesario, lo plausible, lo cotidiano, lo inesperado”

Sin darnos cuenta todo se convirtió en un eterno domingo; comenzamos cerrando la puerta de lo que sería un ícono en nuestras vidas.

“La casa que nos comió” pone en escena todas las sensaciones vividas y las trae en forma de metáfora: algunas veces poema y otras es un grito en el silencio.

¿Cómo estaba tu mirada cuando comenzó el aislamiento?

La obra es un gran diálogo hecho danza; es una charla hasta lo más profundo de los días conmigo, con un otrx que también soy yo y con la casa. El paso del tiempo, los hábitos, las viejas/nuevas rutinas se pegan con ferocidad a las paredes.

Entonces habremos de encontrar e identificar, resumir en “lo necesario, lo plausible, lo cotidiano, lo inesperado” de aquellos días y de estos también.


Atención: Cuando va llegando el público habrá una sorpresa... Al ingresar a la sala, mientras te vas acomodando y silenciando el celular, vas a ver a los bailarines de Wandel jr sucederse en escena previo a la obra

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