Este Señor es mi hijo

Marcelo, hijo de Rosita, llega un día a un hogar geriátrico buscando un lugar en el que su madre, muy anciana e indefensa, este cuidada permanentemente.
Lejos de ser un crudo relato sobre personas en una etapa difícil e ingrata de la vida la obra nos muestra con humor y momentos de honda ternura, que detrás de esa circunstancial quietud, detrás de esa obligada reclusión, anidan en cada alma el temperamento, las ideas, los sueños, los deseos, los sentimientos y las pasiones casi intactos.

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