La comedia imaginaria

Sin apuesta no hay transformación.
Este año el material que acompañó al entrenamiento para la escena en lengua de señas giró en torno al teatro del gesto anclado en la palabra señada y en relación con formas codificadas de la comedia física.
En lengua de señas el movimiento hace que cuerpo y palabra se hagan uno y, a diferencia de la acción teatral elaborada, esto ocurre sin mediación de técnica alguna. El trabajo de creación a partir de distintos procedimientos da lugar a voces visuales y gestuales y produce cierto extrañamiento para el hablante nativo de LSA.
En el desarrollo del trabajo surgen preguntas acerca de la escena y su posibilidades de accesibilidad por fuera de paradigmas de la compensación. El enfermo imaginario de Molière nos abre posibilidades en varias direcciones. Nos sitúa en el intento de crear algunas respuestas, siempre provisorias, emanciparnos de etiquetas y vivir la diferencia desde la producción cultural y artística. No nos guía un concepto de falta sino de diferencia que se propone como singularidad creadora que tiene como non plus ultra algo para ofrecer al campo escénico. Por eso no se trata de incluir sino de contagiar las posibilidades que esta actividad abre en la vida de cualquier ser humano. El teatro es una vía de transformación y en este sentido celebramos la existencia del Laboratorio de Escena Visual Accesible que de algún modo funda una tradición.
Agradecemos el acompañamiento de todas y todos los trabajadores del Teatro Nacional Cervantes y la asistencia y diversidad en el público presente.

Gabriela Bianco y Karo Torre

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