Las razones del bosque

CONSIDERACIONES SOBRE LA HISTORIA "Las razones del bosque" indaga en una de las pasiones y enigmas que atraviesan la obra de Chéjov: su fascinación sobre los árboles. Y en este sentido, la autora compone una serie de variaciones sobre el tema, que ella misma define como sencillas, aunque hondas de significado. En "Las tres hermanas", el barón Túsenbach, al despedirse de Irina antes de batirse a duelo, dice: "¡Qué hermosos son estos árboles! Y en realidad, ¡qué hermosa debiera ser la vida al lado de ellos!". La atracción de Chejov por los árboles, la intuición de que en su quieta presencia se cifra el enigma sobre el sentido de la vida, atraviesa toda su obra, desde sus cuentos hasta su diario intimo, desde su teatro hasta sus cartas. Tal vez a la hora de partir hacia su último viaje, el autor haya asistido al baile de todas sus criaturas, y se haya consolado, como Olga en el final de la obra: "La música suena con tanta alegría y entusiasmo que parecería que, en un instante, fuésemos a saber por qué vivimos y por qué sufrimos". O tal vez haya aceptado el misterio y se haya sonreído con una imagen, nuevamente botánica: "Preguntas ¿qué es la vida?. Es como si nos preguntáramos: ¿qué es una zanahoria?. Una zanahoria es una zanahoria, y no sabemos nada más al respecto". A casi cien años de su muerte, Chéjov nos sigue interrogando, con la misma hondura, con la misma gracia y discreción. "Ahora nosotros, en ‘Las razones del bosque’, no hemos sabido más que componer unas pocas variaciones a partir de su tema. Sencillas. Pequeñas. Como una zanahoria", dice Patricia Zangaro.
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